Fue nuestra primera boda de 2017 y, como manda la época, amenazaba lluvia. “Por lo que no se puede cambiar no merece la pena sufrir chicos”.
Dicho y hecho. Ainhoa e Ivan se dedicaron a disfrutar desde el minuto uno.
¿Hace frío? Somos felices
¿Nos toca casarnos en un interior? Somos felices
Y, como no, cuando lo importante supera a lo superfluo el disfrute está garantizado. Del resto se encargó a las mil maravillas el Restaurante Lur Gatika y la cercanía de un impresionante viaje a Japón jejeje.
Y Volvieron con fuerza.
Con fuerza para realizar todo un reportajazo de postboda en Bilbao y San Juan de Gaztelugatze. Ni el viento ni los escalones nos asustan!!
Zorionak chicos, un placer!!!